

Para llegar a Palenque se debe atravesar la enmarañada selva, morada por animales autóctonos que dan un concierto tarde tras tarde, día tras día, noche tras noche en lo intrincado de jungla. El sonido de los monos aulladores forma un clima cuasi tenebroso, grandes mosquitos zumbantes y algún que otro pájaro que decide cantar mientras uno avanza por un camino señalado es el escenario de esta obra magnífica de la naturaleza.
Así luego de andar un tiempo se llega a divisar las primeras ruinas, imponente salta a la vista del impaciente turista, aquella estructura titánica que se pierde entre el verde del lugar y lo accidentado de las colinas. La sensación no es otra que de admiración, respeto y un poco de desconcierto, algo semejante a lo que debe haber sentido Antonio del Río, el enviado del rey Carlos III, cuando descubrió este lugar tan próximo a lo sagrado.
Así luego de andar un tiempo se llega a divisar las primeras ruinas, imponente salta a la vista del impaciente turista, aquella estructura titánica que se pierde entre el verde del lugar y lo accidentado de las colinas. La sensación no es otra que de admiración, respeto y un poco de desconcierto, algo semejante a lo que debe haber sentido Antonio del Río, el enviado del rey Carlos III, cuando descubrió este lugar tan próximo a lo sagrado.

El lugar de lo recóndito.

Los primeros moradores de la zona datan del año 100 antes de Cristo, sin embargo hubo un apogeo hacia el año 600 de la era cristiana con un culmen misterioso hacia el 800 DC. Por alguna razón la ciudad perdió protagonismo y quedó olvidada todos esos años.
Al estar situada en una zona pluvial muy activa, no le fue complicado a la selva avanzar y engullir literalmente toda estructura que se encontraba a su paso. Se estima que pueden existir cerca de 500 edificios, la mayoría de los cuales aún están sin descubrir esperando entre malezas y tierra.
Miles son las historias, muchas de las cuales aún esperan ser descubiertas.
La visita a este centro arqueológico es de gran importancia mundial y sobre todo para el continente americano.
Los lugares para la estadía no escasean, es muy amplia la oferta cuyos precios rondan en promedio los 80 dólares pero es posible encontrar por menos dependiendo del nivel de servicios ofrecidos, claro está.

México es un país lleno de historia propia, tradición y cultura. Las ruinas de Palenque son uno de los testimonios que así lo aseguran. Una visita imperdible, sobre todo para aquellos que llevan dentro suyo el alma de Indiana Jones.
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